11 octubre 2015
Podemos aprender de nuestros errores de modo que no tengamos que caer en los mismos una y otra vez. Si una actitud o situación particulares a menudo nos dificulta seguir con nuestro plan de alimentación, entonces necesitamos cambiar esa actitud o situación. Los resbalones no ocurren nada más porque sí. Indican que algo anda mal con nuestro programa y que aún no hemos aprendido lo que necesitamos saber acerca de nosotros mismos.
Estar conscientes de las circunstancias que nos hacen vulnerables a comer en exceso nos ayuda a estar preparados contra la tentación y a encontrar maneras de evitarla siempre que sea posible. Si hay ciertos alimentos que no podemos resistir, entonces no debemos tenerlos a la mano. Si el tratar de abarcar demasiado nos cansa y nos altera emocionalmente, necesitamos entonces ser menos ambiciosos y aprender a delegar responsabilidades. Comer en forma compulsiva o salirnos de quicio en el plano emocional indica que nuestra manera de vivir no satisface nuestras necesidades básicas.
Señor, que aprendamos de nuestros errores.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.