6 abril 2017
¿Comes cuando tienes miedo? Muchos lo hacemos. Cuando éramos bebés, al ser alimentados sentíamos la seguridad del abrazo de nuestra madre. Ya de adultos,subconscientemente le dimos a la comida una especie de mágica capacidad para apartarnos de peligros reales o imaginarios.Hay ocasiones en que la comida puede servirnos como un tranquilizante temporal, pero comer en exceso nos impide afrontar lo que tememos y aprender a lidiar conello. Aún más, comer compulsivamente por lo general produce un sentimiento de culpa y de miedo a que «nos cachen». Al miedo que nos produce pensar que noseremos capaces de dejar de comer se añade el miedo que nos llevó a asirnos de la comida, y entre más comemos, más grande es nuestro miedo.Muchos de nuestros miedos no tienen base, son irracionales. Por medio delcontacto con nuestro Poder Superior se nos da la cordura que los hacedesaparecer. Los miedos que permanecen, a menudo son el resultado delegocentrismo que nos impide entregar por completo nuestra vida a Dios. Cuando le damos a Él el control absoluto, no tenemos nada que temer.Que te ame a Ti lo suficiente para dejar ir mis temores.
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