20 octubre 2015
El autocontrol es difícil de lograr. Cuando tenemos la imperiosa necesidad de hacer algo que nos es lo que mejor nos conviene, físicamente nos restringimos para no llevar a cabo la acción destructiva. Esto a menudo requiere de un gran esfuerzo físico.
Quizá queramos comer cuando no debemos, tal vez queramos desahogar nuestra ira, retractarnos de una tarea difícil, continuar una relación que nos hace daño. Sea cual sea la necesidad, si sabemos en lo profundo de nuestro ser que ésta es contraria a la voluntad que tiene Dios para nosotros, necesitamos controlarla y no llevarla a cabo.
El tiempo que pasamos cada día con nuestro Poder Superior va construyendo la fuerza e integridad que necesitamos para controlar nuestros impulsos destructivos. Solos somos impotentes, pero con el apoyo del programa CCA descubrimos la fortaleza que nunca antes habíamos tenido. Con la abstinencia obtenemos la claridad mental que necesitamos para evaluar nuestros impulsos y deseos.
Que tenga la fortaleza moral para restringirme Físicamente cuando sea necesario.
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